El viernes 6 de agosto de este año, nos encontramos en la facultad de comunicaciones donde estudio, tres amigos que por azares del destino coincidimos en el horario, y digo esto porque son amigos que empezamos juntos en la facultad, pero por azares del destino tuvimos que separarnos, esta vez la reunión se daría y había muchos temas de que conversar. Por la zona donde estudiamos (surquillo) y por la hora a la que salimos (10 pm) es muy difícil encontrar locales en la cual podemos conversar con una cervezas a lado, encontramos uno a dos cuadras de allí, bebimos conversamos nos reímos y a eso de las 11:30 pm nos dicen que el local iba a cerrar. Nos miramos con sorpresa porque esto no había pasado nunca, pero bueno serán nuevas disposiciones municipales, comentamos, pero uno de mis amigos dijo, aquí a la vuelta de este local, ahí un lugar donde venden la cerveza a precio de tienda, nos miramos con sorpresa y aceptamos ir.
Cuando ingresábamos a aquella cuadra, en cuya esquina había un grupo que estaba libando licor y estaban muy avanzados, nos miramos con preocupación y le dijimos a nuestro amigo que tuvo la idea si es que no era peligroso seguir adentrándonos en aquella calle, pero nos dijo: señores yo he estado antes, aquí no pasa nada simplemente, no hablen, ni se metan con nadie.
Abrimos la primera cerveza y nos dispusimos a servirnos, calculo y abran pasado 5 minutos y aparece un tipo alto de contextura robusta, en estado etílico deprimente y con voz aguardentosa, nos pregunto si podíamos hacerle un favor; al ver que no nos intimido a la primera, subió el tono de su voz, esta vez se puso más agresiva y nos volvió a preguntar si podíamos hacerle un favor, a la cual conteste en frio, depende. Eso lo exalto mas y acercándose a mi oído me dijo en tono autoritario: ¿puedes o no puedes? a la cual respondí en tono tajante que NO.
Después de eso agarro una botella y en tono amenazante dijo: quiero que se vayan, ¿está bien? No los quiero ver por acá. Lo empuje y le dije que no se me acercara, en un momento de esta parte lo iba a golpear pero, decidimos no arriesgar a nadie y solo optamos por irnos, además el tipo hizo un ademan como que quería sacar un arma de su pantalón, típico movimiento de bandolero de barrio, pero no quisimos comprobar si era cierto o falso, era mejor salir ilesos y tranquilos.
Ahora después de este incidente nos dimos con la sorpresa de que mi amigo había dejado sus documentos en la tienda de donde saco las botellas así que 1 hora después regresamos, pero esta vez estábamos mas alertas, así que mi amigo fue a la tienda que dicho sea de paso quedaba en una quinta, una señora que nos vio parados a unos metros de dicha quinta nos dijo, que nos váyasenos, que su esposo estaba mareado y le gusta hacer problemas, retrocedimos y en ese momento sale mi amigo presuroso y con el paso acelerado, nos dijo el tipo esta allí, me vio y me dijo que me largue, pero una señora lo agarro y pude salir.
Después de esto solo nos quedo como anécdota lo peligroso que es estar en un lugar que no conoces, como tu vida puede correr peligro si tan solo un imbécil con ganas de figurar o parecer un maloso de barrio te amenaza, hoy en día se ven tantos casos de muertes estúpidas que quizás fue eso lo que nos obligo a actuar con cautela ante una situación de ese tipo, quizás algunos digan cobardes, que nos dejamos intimidar, pero yo les diría que no es cobardía sino inteligencia, de nada nos sirve pelearnos en un lugar donde nadie nos conoce, tan solo seriamos portada de algún medio local u otro caso más de asesinato sin resolver, porq ue esta gente se cubre, cuidan a sus maleantes y eso lo comprobé aquel día, así que solo nos quedo algo aprendido, si queremos tomar, no será más en surquillo porque hay mucho maleante.
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